CIUDADANO
CON EMPUTACIÓN.- La palabra "EMPUTACIÓN" no está en el
Diccionario., tampoco está la palabra
"EMPODERAMIENTO" y muchísimas otras que coexisten o se deslizan hasta echar
profundas raíces en el idioma castellano. Un amigo me contaba que, en los días
previos a la posesión de Evo Morales, como pasajero de un taxi, esa especie de
lata de sardinas inventada por y para Bolivia, especialmente La Paz, mientras
el chofer ponía todo el énfasis posible para comentar, mientras manejaba, que
ya era hora de un cambio de verdad, pues casi todo el mundo (y parece que lo
dijo en el estricto sentido de la frase) se encontraba en estado de emputación.
Es evidente que la mayor parte de la población boliviana, escribe o habla muy mal el castellano, lo
mezcla con el aymará o el quechua, así como palabras y modismos ingleses,
franceses o regionales, originados en
la invasión cultural que no hay quien pare en Bolivia y Latinoamérica. Los diccionarios y correctores automáticos de
las aplicaciones informáticas corrigen gran parte de palabras o términos, pero
también tienen su aporte a la confusiones, vía personalización (añadir palabras
al diccionario informático) o a otras versiones u otros diccionarios,
incluyendo el lenguaje de los cibernautas y de los que chatean en internet, que en mi computadora tiene que
escribirse con mayúscula: Internet, así no surge el subrayado rojo, por
disposición de algún activo y molestoso, pero necesario, consejo editorial o
corrector de texto y estilo asentado en alguna parte del disco duro de mi
computadora y que trabaja con celo y velocidad extraordinarias.
En medio de
idiomas, lenguajes y dialectos, incluido el fascinante coba que surge en el
mundo del hampa, pero se apropia rápidamente principalmente por segmentos
juveniles y pandillas, como factores básicos de comunicación, el habla popular
seguirá inexorablemente moldeado con adaptaciones y términos herejes, para esos
bichos raros en que se han convertido los puristas o miembros de número de las
Academias del idioma, que hoy resultan ser extraños empecinados en tratar de
contener la imparable y extraordinaria dinámica del castellano. En estos
acelerados tiempos, lo que se podría comprender en el hombre común, lastima
cuando se ven y escuchan entrevistas a distinguidos doctores, con múltiples
títulos académicos, cuando, sin pudor alguno, nos lanzan un robusto término: “preveuendo”.
Esto significa que, tan distinguidos personajes, no ven sino veyen, vaya saber
qué es lo que veyen, pero dada su dilatada y superior formación académica, no
tienen el derecho a veyer o veer, no solo porque atropellan el idioma, sino que
además provocan gruesos errores conceptuales en el lenguaje popular, llenan de
rojos mi texto informático, por lo que, para el caso, me quedo con la
emputación, con rojo y en rojo.
OTRO
ENVIADO POR RODRIGO HIDALGO, MODERADOR DE CLUB ROBERT KIYOSAKI,
El
esfuerzo extra es lo que separa
.......al
ser superior del mediocre;
...... al
profesional del aficionado:
...... al
héroe del general;
...... al
ganador del competidor;
...... al
amigo del conocido:
...... al
sabio del culto;
...... al
invencible del perdedor
Ese extra
que se saca de donde nadie sabe cuando ya las fuerzas no alcanzan,
cuando la noche acecha y la soledad quiere invadir el espíritu,
es cuando los hombres crecen.
Ahí es
donde se prueban las voluntades y donde el hombre se hace mas hombre
porque reconoce el poder divino de la esperanza y el valor inquebrantable
de la fe.
Pero hay
también aquellos que en su diario y común vivir hacen de sus horas
libres un continuo extra.
Extra son
los días cuando en un anonimato voluntario comparten su tiempo con
unos ancianos o con unos enfermos.
Extra son
las horas que un maestro aporta en su tiempo libre para preparar
mejor una clase.
Extra son
los momentos que un medico batalla en silencio para salvar aun
paciente que no conoce.
Extra es
salirse de la comunicación técnica y preguntarle al compañero
por sus hijos y su familia.
Extra es
el detalle de dar gracias, sonreír y saludar a aquel con el que te
cruzas.
Extra es
decir una palabra agradable, es ceder el paso, es no solo acordarse
del cumpleaños de alguien sino hacerle saber que no lo olvidas.
Extras son
muchos actos que distinguen al hombre educado del cortés, al
generoso del egoísta, al social del huraño.
Extra es
bendecir al universo con sus bondades , por habernos enviado la lluvia
que calma la sed y nutre las plantas, por ser capaces de disfrutar
de la belleza del mar y del sol, que son regalos de la
naturaleza
para nuestros ojos y espíritu.
Extra es
alabar cada amanecer porque nos brinda un comienzo limpio y nuevo, diferente
del ayer.
Extra es
terminar cada día dando gracias por el Hoy a Dios, que nos permitió
unas horas con nuestros compañeros de viaje, y que tal ves estuvo
pleno de retos.
Extra que
nos sirvieron para saborear en toda su extensión las recompensas
implícitas de nuestros actos extras.
Nuestra
buena conducta es nuestra verdadera riqueza. El conocimiento
divino es
la verdadera riqueza que deberíamos tener. La acción y la conducta
apropiada constituyen nuestra prosperidad
Maldita sea la
eficiencia
Mientras los
casquetes polares están pariendo icebergs (témpanos de hielo) del tamaño de
pequeños países, los glaciares se están derritiendo y el agua le está llegando
hasta los tobillos a los isleños del Pacífico, la respuesta dada por los
expertos al cambio climático es virtualmente un
coro: apliquen la eficiencia. Desde la planta en la fábrica hasta la cocina en
su hogar, hacer las cosas más rápido y usar menos recursos haciendo menos
trabajo se han convertido en las metas universalmente aceptadas y en las
soluciones elegidas para evitar un mayor
cambio climático. Los carros con motores híbridos no usarán tanto petróleo, los
hambrientos aparatos eléctricos serán rediseñados para que sean felices con
raciones pequeñas de electricidad, el mejor aislamiento térmico significará
ahorros sustanciales, y todo esto combinado significará un menor uso de
energía. En pocas palabras, una mayor aplicación de la eficiencia nos salvará
sin el doloroso sacrificio y sin el ajuste del estilo de vida que tendría que
ser hecho.Y si tú crees eso,
probablemente pensarás que usar computadoras reducirá el consumo de papel.De hecho, ha
sucedido exactamente lo contrario. La facilidad para escribir e imprimir que la
computación moderna
ha puesto en las manos de todo el mundo ha significado un mayor uso de papel que nunca
antes. La eficiencia tiene el hábito de producir consecuencias inesperadas y no
intencionadas.
La idea de obtener
lo máximo de lo mínimo (esta misma es un resultado de la filosofía del utilitarismo de
Jeremy Bentham del siglo 18) fue un preludio a la revolución industrial. A principios de la
década 1900-1910, Frederick W. Taylor llevó la idea más allá. Fundador de la
administración
científica de las fábricas, Taylor dividió las tareas en acciones específicas y
usó análisis de tiempo
fraccionado para obtener lo mejor de los trabajadores. El soñó con llevar la
eficiencia afuera
de la fábrica y aplicarla a cada aspecto de la vida para incrementar la
producción a través de toda la sociedad. "Nuestros mayores desperdicios de
esfuerzo humano", dijo él, "que ocurren cada día gracias a tales de
nuestros actos como son equivocarse, mal encaminarse, o ser ineficiente... son
menos visibles, menos tangibles... pero vagamente apreciados". Éramos
flojos y podríamos hacerlo mejor.
En gran medida
Taylor tuvo éxito. La eficiencia se mudó de la fábrica al hogar. Se ha
convertido en el mantra de la época, produciendo la presionada vida moderna, en
la cual escurrir cada gota del tiempo del día parase razonable. Cuestionar la
eficiencia empieza a sonar como herejía.Sin embargo, la
eficiencia no es solamente el secretito sucio detrás del aumento del uso de
energía (las
gráficas revelan que aún cuando las cosas que usamos son hechas para ahorrar
más energía, el uso de
la energía aumenta); la eficiencia es en gran parte la razón por la cual el
mundo está experimentando una seria escasez de energía. Hacer más con menos no
se ha traducido en usar menos, si no en hacer más y usar más.
La eficiencia se ha
instalado en una época dorada de consumo. Reducidos costos de producción han
significado que
el potencial para acumular bienes de consumo se ha incrementado para todos: más
ropas, más bienes del hogar, más artefactos y tonterías, casas más grandes con
más baños.
Al hacerse más
eficientes los dispositivos y artefactos del hogar demandando menos energía,
simplemente hemos
aumentado el número de artefactos (o la complejidad de los artefactos), hasta
hemos inventado nuevas categorías completas de ellos. ¿Realmente necesitamos
dianas electrónicas en la
pared para lanzar dardos o porta-corbatas giratorios eléctricos en el armario?
¿los teléfonos
celulares son realmente eficientes? ¿o simplemente significan que más gente
está hablando con más
gente más a menudo que nunca antes, diciéndose muy poco al mismo tiempo?.
Ciertamente, los
celulares no han reducido la comunicación telefónica. Y su complejidad requiere
muchísimo más uso inicial de energía que los teléfonos convencionales.
Las casas con
mejores aislamientos no han llevado a la gente a usar menos combustible de calefacción, si no
que han alentado el establecimiento de mejores niveles de comodidad. Ahora pueden estar más
calientes que lo que jamás hubiera esperado estar, y en vez de usar menos combustible para
calefacción están usando la misma cantidad o más. Al mejorar la eficacia del
uso de combustible
en los carros, cada persona simplemente maneja más y, particularmente en los EE.UU., viven
cada vez más lejos afuera de las áreas urbanas donde trabajan.
Pero la eficiencia
no está limitada al uso de la energía. Al emplear las flotas pesqueras nuevas
tecnologías para
encontrar y capturar peces más eficientemente, más gente alrededor del mundo
está comiendo más
pescado y la provisión de peces se está acabando más rápidamente. Al pasar la tala de madera
de sierras de mano a moto-sierras y ahora con taladoras-amontonadoras (grandes monstruos
mecánicos que pueden cortar, desarmar y amontonar troncos a ritmos asombrosos), los
bosques están siendo desvastados a un paso que hace la sustentabilidad imposible. Al
hacerse la norma de una agricultura más eficiente y desarrollarse medios de
transporte más
eficaces, estamos gastando menos para comer más y nuestras dietas se han expandido desde
selecciones limitadas por los climas locales hasta las posibilidades globales.
Las estaciones se
han desvanecido al posibilitar al consumidor ordinario para que pueda
considerar el comer frambuesas o espárragos en cualquier día del año y las
aplicaciones mundiales de la eficiencia en la producción y distribución han
hecho que el consumirlos sea una posibilidad que hubiera parecido salvajemente
lujosa hace una generación o dos.
Pero la eficiencia
ha producido algunos verdaderos desastres. Fue en persecución de la eficiencia
que el negocio-agrícola (agri-bussiness) llegó a pensar que la idea de reciclar
animales muertos para alimentar ganado era buena para la producción de carne y
leche. Y sabemos a donde llevó eso. El transporte eficiente en forma de viajes
aéreos ha significado que las enfermedades que empiezan en una parte del globo
pueden ahora desperdigarse por medio mundo en cuestión de horas. Los camiones y
el comercio facilitaron eficientemente la epidemia original del virus del SIDA.
Con una producción
eficiente de comida, el procesamiento masivo y la distribución amplia y rápida, el tipo de
error que una vez pudo haber producido una emergencia local de envenenamiento en
los alimentos puede ahora tener consecuencias nacionales o globales. En 1994 la pobre
limpieza de los camiones-tanques que transportaban huevos líquidos resultó en
la contaminación de
una mezcla para hacer helados que, debido a la producción masiva y el eficiente sistema
de distribución nacional de la compañía involucrada, esparció salmonella por
todos los EE.UU.,
resultando en un estimado de 223.000 casos de infección. E.Coli O157:h7, algunas veces
llamada "la bacteria de la hamburguesa", era desconocida en 1976;
gracias al comercio global de
carne, se ha esparcido virtualmente alrededor del mundo para 1996. Los expertos en
enfermedades emergentes están observando con precaución la nueva gripe de aves
en Asia, sabiendo que una vez que empiece a propagarse de persona a persona las
redes globales de transporte podrían rápida, y muy eficientemente, crear una
pandemia.
Cuando empiezas a
buscar ejemplos del lado feo de la eficiencia se encuentran en todos lados,
pero pocas personas
le echan la culpa de tanto "stress" y frustraciones comunes de la
vida moderna a este
principio. Gastar 5 minutos elevadores de la presión arterial en el teléfono
oyendo una grabación y apretando botones para la selección del buzón de
mensajes que realmente no funcionan es ser víctima de la aplicación de la
eficiencia de alguna otra persona.
Guste o no, tú eres
el nuevo recepcionista de la compañía, haciendo el trabajo que alguien hizo por
ti antes.Usualmente, estas
transferencias de labor están acompañadas por aquella frase Orwelliana
"para su mejor conveniencia". No les crean.
Las compañías te
han transferido eficientemente su trabajo a tí cuando te sirves tú mismo,
limpias tu mismo la mesa, le echas tu mismo gasolina al carro en la bomba,
metes tus propios alimentos en bolsas en el supermercado, pagas tus cuentas y
manejas tu dinero en el banco desde tu propia computadora. Pronto, se nos ha
dicho, nosotros los sobre-explotados consumidores estaremos conformando
nosotros mismos nuestros cheques en el cajero electrónico. Todo esto está
creando más productividad y
por lo tanto más ganancias para la compañía, pero también más trabajo para el
consumidor individual, quien justificadamente se siente agobiado. La
frustración y la alienación siguen.
La eficiencia es el
perro fiel que te sigue a casa después del trabajo, Las multi-tareas podrán ser
buenas para la
economía pero no son divertidas para el resto de la familia. Los alimentos rápidos
son eficientes, pero el cocinar y comer juntos tiene un valor intrínseco en el
establecimiento de la familia. La agenda al minuto es lo que hacen los
negocios, no los humanos. Si el tiempo se ha hecho un tirano, hay que echarle
la culpa al culto a la eficiencia.
La mayoría de las
cosas que la gente disfruta, lo esencial para vivir y amar, no son tan
eficientes después de todo.
La eficiencia tiene
su lugar, pero ya más nunca lo conoce. Y no va a resolver los problemas del
sobre-consumo de
energía por su propia cuenta. Una re-priorización de valores y una conservación
genuina si podrían.
Nicols Fox escribió
el libro: "Contra la Máquina: la Tradición Luddite en la Literatura, el
Arte y las Vidas Individuales". Y ahora está escribiendo un nuevo libro con
el título en borrador de: "El Caso Contra La Eficiencia".
Nicols Fox
Revista The
Ecologist (abril 2005)